Claudia Risco


La vida te enseña a ser precavida, en el año 2012 contraté el Seguro Hogar Oro por iniciativa propia, ya que el año anterior en mi casa sufrimos un robo y nos dejaron sin nada. Con esta mala experiencia yo tenía que proteger mi hogar, sobre todo porque fuimos renovando cosas de mucho valor en la casa. Así empezó mi búsqueda por un seguro que me de tranquilidad. Al saber de todo lo que cubría la póliza del Seguro Hogar Oro de Pacífico, no tuve que buscar más.



No olvidaré que el 17 de febrero del 2015, mientras estaba a apunto de almorzar en mi trabajo recibí la llamada de mi papá que me dijo: “Hija nos han robado en la casa”. En ese momento me quedé congelada y dije “¡¿Ahora qué hacemos?!”.Me tranquilicé un poco y pedí permiso en el trabajo para ir con mi familia.




En el taxi camino a mi casa me preguntaba “¿El seguro que tengo me cubrirá todo lo que se llevaron?” y para salir de la duda llamé al seguro.Tomaron nota de mis datos para ir a supervisar lo ocurrido y mientras tanto pasaban muchas ideas por mi cabeza: “¿Será tan bueno el seguro como me lo vendieron?”




Cuando llegué, vi que habían forzado todos los candados y chapas. Al ingresar a la casa la escena era de terror: todo movido, cables sueltos, se llevaron los televisores, computadoras y al subir al segundo piso me di cuenta que se llevaron hasta las sábanas, porque ahí vaciaron todo lo que había en los cajones de los veladores y closets. Perdimos literalmente hasta las zapatillas y la ropa.



Entré en pánico y sentía que un nudo me apretaba la garganta. Es escalofriante perder las cosas de un momento a otro. Me bajó la presión y ni termino de imaginar la impresión que se habrá llevado mi papá cuando encontró nuestra casa patas arriba.



Llegó el señor de la compañía de seguros a verificar lo sucedido y nos indicó cómo iniciar los trámites y que debíamos presentar documentos de los bienes robados. Recopilamos la información y cuando tuvimos todo lo presentamos. En 48 hora salió nuestro cheque, así de rápido fue.



Todo fue mejor de lo yo pensaba. Cuando recibí el cheque dejé de sentir tanta preocupación.




Lo que más me agobiaba era pensar que no íbamos a recuperar lo que nos robaron, eso nos costó mucho, si no hubiéramos tenido el seguro, teníamos que volver a empezar a amueblar la casa desde cero.




Gracias a Dios no pasó y con lo que nos dio el seguro volvimos a tener lo que nos quitaron.



Es por eso que yo cuento esta historia a todos los que conozco y recomiendo contratar el Seguro de Hogar a todas mis amigas. No hay nada mejor que vivir tranquilo. Al proteger tu hogar proteges los bienes que con esfuerzo compraste.



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