¿Cómo protejo mi casa?

¿Confesiones de un independiente primerizo: ¿qué aprendí para mantener el departamento?

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Confesiones de un independiente primerizo: ¿qué aprendí para mantener el departamento?



La independencia trae consigo algunos imprevistos que pueden desestabilizar la economía de una persona. Por eso, es necesario anticiparse a ellos y asegurarse de darle un buen mantenimiento al hogar.



Confesiones de un independiente primerizo: ¿qué aprendí para mantener el departamento?



El día que Alberto, mi hermano mayor, decidió mudarse de casa, mi mamá lloró desconsolada toda la noche. Renegaba y murmuraba por qué Albertito tenía que irse y dejarnos. Por eso, cuando decidí hacerlo yo también, supe que debía explicarle con detalles el motivo de mi decisión: por trabajo y estudios. A regañadientes, ella entendió, pero me recalcó que todavía era muy joven.



Tengo 23 años y la edad promedio en que los jóvenes peruanos logran irse de las casas de los padres es a los 29, según un estudio de DadaRoom, una aplicación para búsqueda de habitaciones y departamentos compartidos. Yo me sentía orgulloso y le dije a mi madre que también debía estarlo, pues iba a romper esa estadística gracias a la preparación y educación que ella y mi papá me brindaron.



Había conseguido un trabajo que me pagaba lo suficiente y próximamente iba a lanzar un emprendimiento con mi mejor amigo para tener un ingreso adicional. Me sentía en un buen momento para independizarme. Tenía ahorros para comprarme cosas indispensables en el hogar, como muebles y electrodomésticos. Alberto siempre me decía que piense bien si iba a dar ese paso. Por su parte, mi papá apoyaba mi idea y decía que así iba a madurar más rápido.



Pero quizá el mejor consejo que me hubiese gustado recibir antes de vivir solo es que tenga ahorros para imprevistos o accidentes caseros, pues estos podían presentarse en cualquier momento. No había pensado en estos problemas hasta que sucedió una fuga de agua, solo un mes después de mudarme. Lo primero que hice fue cerrar la llave general del agua e inmediatamente llamé a un gasfitero.



La reparación costó S/600 y yo solo tenía S/500, pues justo estaba por acabar el mes y había tenido algunos gastos de más. Así que tuve que pedir prestado. Lo que más me asustó fue que el especialista me dijo que si el daño hubiese sido más grave, estuviéramos hablando de entre S/4000 y S/6000. Una cifra que me era imposible de pagar. “¿Qué hubiese hecho si pasaba esto?”, “¿por qué nadie me advirtió?”, me preguntaba. Cuando uno vive con sus padres, nunca piensa en estos gastos.



De todas formas, sabía que no volvería a casa de mis padres. Tenía que empezar a resolver mis propios problemas y madurar, como decía mi papá. La fuga de agua fue un golpe duro que me hizo reaccionar. Desde entonces, tuve que ahorrar más y conseguir algunos trabajos extras para ese fin. Además, empecé a buscar información sobre cómo evitar ese y otros tipos de problemas caseros que afecten mi economía. Ser independiente no era un juego de niños y yo la estaba experimentando.



Anticiparse a los problemas caseros



Nunca tuve que preocuparme por los inconvenientes en el hogar hasta ahora, pues mi padre siempre se encargaba de ellos sin problemas. Él es un “1000 oficios”, pero yo no. Es capaz de solucionar la rotura de un caño, desperfectos eléctricos y hasta construir una pared. Siempre lo admiré, pero nunca pude aprender esos oficios.



Ahora que vivo solo he aprendido algunas cosas y quiero saber más. He averiguado en medios y páginas web especializadas que hay actividades que puedo hacer sin problemas para el mantenimiento de mi hogar. “Mi papá se sorprendería si me viera”, me digo con frecuencia, esbozando una sonrisa. Aquí dejares algunos consejos que he tomado y me han hecho sentir más cerca de papá:



La necesidad de un respaldo



Al principio, mi mamá me llamaba todos los días para saber cómo estaba y preguntar si me faltaba dinero, como intuyendo algo. Le decía que todo estaba bien y que solo era cuestión de aprender nuevas cosas en mi nueva etapa de independencia. Quería que mis padres sepan que había aprendido a identificar problemas en mi vivienda e, incluso, hacer algunas reparaciones por mi cuenta.



Pese a ello, soy consciente que hay algunas cosas que están fuera de mi alcance, como esa fuga de agua que me sorprendió y asustó. Por mi seguridad y la tranquilidad de mis padres, hoy cuento con un apoyo fundamental: un seguro de hogar. Recuerdo que, alguna vez en la universidad, un profesor habló sobre esta alternativa y destacó lo fundamental que es para cualquier persona, sobre todo cuando uno es independiente. Lo había olvidado hasta que ocurrió el incidente en casa, que desestabilizó mi economía.



Después de investigar, esta opción me dejó muy satisfecho, pues además de proteger la casa o pertenencias, también contaba con un paquete de asistencias ante cualquier inconveniente. Y es que el Seguro de Hogar Flex Digital, se adapta a todo lo que yo buscaba: además de estar entre los seguros de hogar con precios accesibles, tiene coberturas muy necesarias contra daños accidentales por agua, daños por sismos o incendios, entre otras que se pueden conocer aquí. Cuando les mencioné de esto a mis padres en una cena familiar, me respondieron que había sido la mejor decisión.



Si bien vivo en una casa alquilada, este seguro me da la posibilidad de respaldar las pertenencias que tanto me costaron obtener, como los electrodomésticos. Ahora que soy más precavido, también siento que debo ser más responsable en el cuidado de estos artefactos. Indagué, por ejemplo, que cada uno debe tener una limpieza especial, un tiempo de reposo adecuado, un monitoreo constante y otros cuidados para mantenerlos en buen estado.



No quiero que un imprevisto me afecte económicamente o cause una mayor preocupación en mis padres. He ganado más seguridad, pero aún siento incertidumbre por todas las siguientes lecciones que me espera tras mi decisión de ser independiente.



En todo el tiempo que vivo solo, he comprendido que puedo anticiparme a algunos inconvenientes. Soy más detallista para revisar las conexiones o el estado de mis electrodomésticos. Pero también me siento más tranquilo, pues cuento con el apoyo del Seguro de Hogar Flex Digital de Pacífico para los momentos más duros. La independencia es un camino largo de aprendizaje y estoy preparado para recorrerlo.