El embarazo y el parto de un hijo son momentos inolvidables en la vida, pero también pueden traer una serie de complicaciones financieras si no se toman precauciones. Así pasó con esta historia, de la que hay que aprender mucho.



El parto de Luciana: La mejor experiencia de mi vida, pero casi desestabiliza mi presupuesto familiar



La primera vez que vi a Luciana supe que todo el dolor del parto y las molestias en el embarazo habían valido la pena. Era tan pequeña que podía sostenerla con las manos sin problemas, y se veía tan frágil que quería abrazarla y protegerla de todos, del mundo. Le dije a Jorge, mi esposo, que era más hermosa de lo que habíamos imaginado en los 9 meses de gestación. Los médicos me dijeron que me sienta agradecida, que Luciana era uno de los más de 14 mil bebes nacidos en el primer trimestre del 2021 en el país, según EsSalud. Pero para mí era única y la mejor.



Luciana había llegado para cambiarme la vida y eso lo sentí desde que me enteré del embarazo. Ese día lloré de emoción junto a Jorge. Ambos sabíamos que ahora todo sería diferente. Empecé a cuidarme más, pues no quería que nada le pase al ser que llevaba en mis entrañas. Sabía de algunos riesgos más comunes en esta etapa: presión arterial alta o preeclampsia, diabetes gestacional, parto prematuro, amenaza de aborto, entre otros que había leído en el portal Healthline. Yo quería evitarlos a toda costa.



Cada día, al despertar, me tocaba la barriga para ver si todo estaba en orden y le preguntaba: “¿estás bien, mi vida?”. Jorge solo se reía de mi ocurrencia. Él no sabía que mi instinto de madre ya estaba aflorando. El bienestar de Luciana era mi prioridad en ese entonces y lo seguirá siendo toda mi vida.



Estábamos muy tranquilos por mi salud, pues desde que empezamos las consultas y el control prenatal, el médico nos informó que estaba en perfectas condiciones y la bebe crecía con normalidad. No había nada de qué preocuparse, excepto ese enemigo mundial de los últimos dos años: el COVID-19. Redoblé esfuerzos para no contagiarme. Tenía miedo por mi salud, pero más porque le afecte a Luciana. Me había informado a través de varias fuentes, como clínica Mayo, que el riesgo de enfermar gravemente para las embarazadas como yo era mayor, motivo por el cual, había que prevenir.



Jorge me preguntaba cómo me sentía y si todo estaba bien. Permaneció en todo momento a mi lado y se preocupó por mi salud. Nuestra relación había tenido buenos y malos momentos, pero siempre salimos adelante. Habíamos empezado a ahorrar para un viaje a Europa, pero lo poco que acumulamos lo gastamos en mis atenciones. Nuestros ahorros disminuían y las preocupaciones aumentaban.



El día del parto



El parto de Luciana fue el dolor más bonito de mi vida. Mi mamá ya me lo había advertido y había visto videos al respecto. Jorge estaba a mi lado y le apretaba la mano tan fuerte que, en un momento, pensé que se la había roto. Ese primer llanto de Luciana fue una melodía que hasta hoy, casi un año después, recuerdo con nostalgia.



Debido a la pandemia, en la clínica solo podíamos estar Jorge y yo. Lo primero que pensé fue en llamar a mi mamá para darle la noticia. “Mírala, mamá. Mira lo chiquita que es. Ya pronto conocerás a tu abuela, Lucianita. Saluda, salúdala. Ella está muy bien, es bien fuerte como tú. No llores, mamá, aquí estamos felices. Ya pronto saldremos y nos rencontraremos”, le dije a mi madre, quien no podía controlar su emoción en la videollamada. 



Pero esa felicidad inmensa que Jorge y yo sentíamos también trajo preocupaciones: el dinero. Los ahorros se estaban acabando y la cuenta en la clínica por la atención era de más de S/5000. No teníamos ese dinero. Contábamos con menos e incluso parte de ello era para los próximos gastos de Luciana, como para los pañales. Esta deuda nos iba a afectar en el futuro.



Un tío de Jorge nos prestó el dinero y pudimos estar más tranquilos. Después pensaríamos en cómo pagar la deuda. Quizá con horas extras en nuestros trabajos o buscando otras ocupaciones. Ese momento era para disfrutar la compañía de Luciana y atenderla de la mejor manera. Una sonrisa de nuestra hija nos hacía olvidar todo lo demás.



Un apoyo para el proceso de maternidad



Hasta el día de hoy, casi un año después, seguimos pagando el préstamo al tío de Jorge. Nos ha sido muy difícil cancelarle las cuotas, pues las atenciones que necesita Luciana son muchas. No habíamos previsto una situación con tantos gastos. Mi mamá cuida de Luciana, mientras nosotros nos “duplicamos” para generar más ingresos. Poco a poco saldremos de la deuda y empezaremos a planificar otras cosas.



Tengo muy poco tiempo para la vida social y reunirme con otras personas. Sin embargo, hace unos días, mi prima Ariana, quien dio a luz casi al mismo tiempo que yo, nos visitó. Era el momento ideal para que conozca a Lucianita y yo a su hijo Andrés. Conversamos y hablamos sobre las principales dificultades del embarazo, el parto y el crecimiento de los niños.



En un momento de esa tarde, también tocamos el tema de los gastos. No quise mencionar muchos detalles sobre cómo habíamos enfrentado esta situación: solo le dije que la familia nos ayudó a sobrellevar todo. En cambio, ella sí profundizó y me habló de la importancia de tener un Seguro de Salud (Integral), pues cubrió las atenciones correspondientes durante su embarazo. Agregó que tuvo más cuidados gracias al Programa Salud y Bienestar, específicamente del beneficio de Maternidad. Ella destacó que el parto, así como la etapa previa y posterior al embarazo, no le costaron nada gracias al seguro.



Recién me enteraba de todos esos detalles, pues creía que los seguros de salud solo cubrían atenciones preventivas o enfermedades, pero no el embarazo y el parto. Si tan solo hubiese conocido esta información antes, no estaríamos tan endeudados.



Ariana me explicó más sobre el beneficio de Maternidad del Seguro de Salud de Pacífico. Dijo que está diseñado para cuidar la salud de la madre gestante (el cual tiene un tiempo de espera de 18 meses en los productos integrales), con consultas médicas prenatales, curso de preparación para el parto, beneficios ambulatorios y hospitalarios. Además, recalcó que brinda información para un embarazo y parto saludable, así como también busca promover la lactancia materna exclusiva. Ella me brindó más detalles y los he organizado en este gráfico:





Con un seguro integral de salud que nos ayude durante el embarazo y el parto, nuestras preocupaciones hubieran sido menos. Jorge dice que nos queda esa lección, pues no descartamos tener un hijo más en el futuro. Así que desde ahora estamos siendo más precavidos, sobre todo pensando en lo más urgente: el bienestar de Lucianita. Pronto ella cumplirá un año y sabemos que, medida que crezca, necesitará más atenciones, razón por la que acabamos de contratar un Seguro de Salud de Pacífico. Después de nuestra experiencia, somos conscientes de la importancia de estar más protegidos.



Es un hecho que, como padres primerizos, seguiremos aprendiendo mes tras mes, año tras año. Estamos preparados para esos retos y no tenemos miedo. Nuestra misión es asegurar que Luciana crezca sana y sea una niña feliz. Hasta ahora, creo, lo hemos cumplido. Espero que los siguientes años sean mejores.



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